EL PACTO DE DIOS

EL PACTO DE DIOS: "El Señor te pastoreará siempre, en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos, y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca se agotan. Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas, los cimientos de generación y generación levantarás, y serás llamado reparador de muros caídos, restaurador de casas en ruinas" Isaías 58.11-12

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Liberados en Uganda

Al acabar su misión, dos evangelistas debían dejar la nación de Uganda. Provistos de sus pasajes, se fueron al aeropuerto, en el cual se enteraron de que sus nombres no figuraban en la lista de reservas, y que el vuelo estaba completo. Todo lo que se podía hacer era anotarlos al final de una larga lista de espera. Dicho de otro modo, no tenían ninguna posibilidad de partir ese día. Por más que alegaron, no consiguieron nada.

La situación era crítica, porque sus visas caducaban ese mismo día, y desde el día siguiente se hallarían ilegalmente en Uganda. Otros ya habían sido encarcelados por ese motivo. Sólo les quedaba un recurso: ORAR. Así que lo hicieron al volver al hotel.

A la hora de partida del avión volvieron al aeropuerto. Solamente ellos dos aguardaban ente el lugar de verificación de documentos. Poco a poco otros viajeros llegaron, y la fila se alargó.

Finalmente se presentó la azafata, con aire muy confuso, escoltada por un soldado ugandés, quien ordenó hacer silencio y anunció: "Se perdió la lista de pasajeros. Los que encabezan la fila subirán primero y los demás les seguirán".

Así Dios contestó la oración de los suyos. Para Él es fácil trastocar los planes de los hombres, y nada le detiene cuando se trata de intervenir para liberar a los que le invocan.

Esta historia real nos recuerda lo que escribió el profeta Jeremías en el libro de Lamentaciones

Lamentaciones: 3:25-26: "Bueno es el SEÑOR para los que en El esperan, para el alma que le busca. Bueno es esperar en silencio la salvación del SEÑOR".
Lamentaciones 3:37:  "¿Quién es aquel que habla y así sucede, a menos que el Señor lo haya ordenado?"

En estos dos versículos el profeta destaca dos atributos de Dios, a saber Su BONDAD y Su SOBERANIA, el primero es considerado como Atributo Imitable (el hombre puede tener rasgos de bondad en su actuar), y el segundo calificado como Atributo Único (sólo es inherente en Dios) pues sólo Dios es Soberano, Gobernador Supremo del Universo.

Pero no es mi intención dar una clase de Teología relacionada a los atributos de Dios -que buena falta hace en la Iglesia insistir en su enseñanza- sino analizar la situación en que el profeta escribe, así podremos entender lo que Dios quiere que comprendamos cuando pasamos por momentos difíciles en nuestras vidas.

Y es que cuando Jeremías escribe el libro, la situación en la cual se encontraba no era la más óptima, porque lo estaba haciendo poco pues de que Jerusalén había sido totalmente devastada por las hordas de Nabucodonosor en el año 587 a.C.. En las calles se olía el dolor y la muerte, las murallas de la ciudad habían sido destruidas, los principales habían sido desterrados, sólo había pobreza... y Jeremías estaba dentro en la ciudad, era testigo ocular de los acontecimientos y el sufrimiento invadía su corazón.

Lowth, un comentarista del libro, dice lo siguiente: "Cada letra fue escrita con una lágrima, y cada palabra expresa el sonido de un corazón quebrantado". Pero es en medio esa situación en que Jeremías reconoce dos cualidades importantes de DIOS: DIOS ES BUENO Y ES SOBERANO¡¡¡

Recuerda siempre esto -aún cuando te encuentres en medio de la tormenta- la bondad es la esencia y naturaleza de Dios, y que finalmente Él tiene la última palabra porque es Soberano, y por si fuera poco EL ES NUESTRO PADRE!!!... y por ende, Él quiere lo mejor para nosotros, por tanto saldremos airosos de cualquier situación por difícil que ésta sea. ¿Quieres un ejemplo? bueno la historia que hemos escrito es una historia real.

Jeremías 32:26-27 Y vino palabra de Jehová a Jeremías, diciendo: He aquí que yo soy Jehová, Dios de toda carne; ¿habrá algo que sea difícil para mí?

Que Dios bendiga a ti y familia 

Ps. Félix Jara

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