EL PACTO DE DIOS

EL PACTO DE DIOS: "El Señor te pastoreará siempre, en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos, y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca se agotan. Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas, los cimientos de generación y generación levantarás, y serás llamado reparador de muros caídos, restaurador de casas en ruinas" Isaías 58.11-12

domingo, 4 de septiembre de 2011

Jonathan Edwards: para tiempos de avivamiento


El Gran Avivador

Jonatán Edwards nació en East Windsor, Connecticut, un 5 de octubre de 1703. Creció en una familia donde se "respiraban" las Escrituras. Su padre, Timothy Edwards, se había graduado en Harvard, siendo pastor de una iglesia por espacio de sesenta y cuatro años, y su madre, fue hija de un predicador que dirigió una iglesia por cincuenta años. Era una familia numerosa compuesta por once niños, él era el único varón y el quinto en sucesión.


Muchas fueron las oraciones que sus padres elevaron a Dios -lo hicieron con fervor y constancia- para que su único y amado hijo varón fuese lleno del Espíritu Santo, y llegase a ser grande delante del Señor. Se dedicaron a criarlo con mucho celo para el servicio de Dios. Cuando bordeaba los ocho años de edad, sucedió un avivamiento en la iglesia de su padre, y Jonatán se acostumbró a orar solo, cinco veces, todos los días, y a llamar a otros niños para que orarran con él.

En virtud que Jonathan tenía una inteligencia no muy común para un niño de su edad, su padre lo matriculó en el  Colegio de Yale graduándose a los diecisiete años con las más altas notas. Se caracterizó por ser un alumno dedicado el cual disponía su tiempo para la lectura y el estudio de la Biblia.


Edwards cuenta acerca de su consagración cuando tenía veinte años: "Me dediqué solemnemente a Dios y lo hice por escrito, entregándome yo mismo y todo lo que me pertenecía al Señor, para no pertenecerme más en ningún sentido, para no consolarme con el que de una forma u otra se apoya en algún derecho.. presentando así una batalla contra el mundo, la carne y satanás, hasta el fin de mi vida".


Una persona que le llegó a conocer dijo lo siguiente acerca de él: "Su secreta, pero constante y solemne comunión con Dios hacía que su rostro resplandeciese delante de los hombres, y su apariencia, su semblante, sus palabras y todo su comportamiento estuvieron siempre revestidos de seriedad, gravedad y solemnidad.
Mientras estudiaba su Maestría, tuvo una experiencia profunda experiencia de conversión que transformó radicalmente su vida poniendo el fundamento para los frutos que a futuro se observaría en su vida.

Luego de graduarse a los 24 años, se casó con Sara Pierrepont quien era hija de un pastor con la cual tuvo once hijos. Durante todo su ministerio Sara se constituyó en su fiel colaboradora pues fue una mujer de oración y de una entrega completa al servicio de Dios. Era conocida por su dedicación a su hogar, a la crianza de sus once hijos y por la buena administración de los recursos del hogar.


El secreto de su ministerio de Jonatán estuvo en el tiempo diario que dedicó al estudio de la Palabra y a la oración pues acostumbraba a invertir trece horas diarias para esto teniendo a su esposa a su lado quien lo acompañaba en la oración. Después de la última comida, dejaba todo cuanto estuviera haciendo, para pasar una hora con su familia. 


Jonathan se trasladó a Northampton, Massachussets, para convertirse en pastor asistente de su abuelo Stoddard. Unos años después, su abuelo murió, así que  Jonathan se convirtió en pastor general trabajando en Northampton por espacio de 21 años.

Cabe destacar, que la época en que le tocó vivir fue una en la que la obra del puritanismo y la espiritualidad de la iglesia de su país habían quedado atrás. Es ahí, donde la figura de Jonatán Edwards surge como uno de los iniciadores del Gran Avivamiento de la nación.

 Una de las principales enseñanzas a la cual le concedió mucho énfasis fue la doctrina del nuevo nacimiento. Su predicación inicial estuvo centrada en la justificación por la fe siendo para muchos el inicio del Gran Avivamiento en su país.

En 1735-1737, un gran avivamiento pasó por los Estados Unidos de Norteámerica, incluyendo a Northampton, como una inundación. Sobre este avivamiento Edwards escribió “Una gran y sincera preocupación por las grandes cosas de la religión y de la vida eterna se convirtió en el tema universal en todas partes del pueblo… el trabajo de la conversión era hecho de una manera asombrosa y incrementaba más y más; las almas, como sí fueran, rebaños venían a Jesucristo".

De la noche a la mañana, el pueblo fue transformado. Los ciudadanos cantaban himnos en las calles, las tabernas cerraron, los jóvenes buscaban a Dios en grupos, era imposible entrar a la iglesia a menos que se llegara horas antes.

Una de sus prédicas que causaron mayor impacto en la sociedad de aquel entonces fue el sermón "Pecadores en las manos de un Dios airado" basado en Deuteronomio 32:35. El resultado fue una total conmoción en el auditorio que se había congregado el mismo que hasta un momento atrás se había mostrado escéptico y con un espíritu de indiferencia. El sermón fue interrumpido por una sucesión de llantos y gemidos por hombres y mujeres que se ponían de pie o caían al suelo conscientes de su condición de miseria y de pecado. La gente se agarraba de los bancos y de las columnas del auditorio pensando que iban a caer en el fuego eterno.


Se cuenta que fue tal el impacto de su predicación que la ciudad durante toda la noche parecía una fortaleza sitiada. Se oían casi en todas las casas el clamor de las almas que hasta aquella hora habían confiado en su propia justicia.
Se estima que 10% de los Estados Unidos de América se convirtió durante este tiempo. Para entender lo que pasó, imaginemos que cada iglesia se doble o triplique en los próximos dos años. Si esto hubiese ocurrido en nuestros días, sería el equivalente a ver 28 millones convertidos en dos años.... ¡Un tremendo avivamiento!... cuantos quisiéramos un avivamiento de esta magnitud en nuestras ciudades y países, verdad.


¿Cuál fue el secreto que tenía escondido Jonatán Edwards para lograr ete impacto en la sociedad de su tiempo?. Los estudiosos de la vida de este gran hombre coinciden que tales victorias se ganaron de rodillas. Nunca abandonó ni dejó de gozar de los privilegios de las oraciones, una costumbre que él tenía desde niño. Continuó frecuentando los lugares solitarios del bosque, donde podía tener comunión con Dios.


Se cuenta que él tuvo una experiencia, a los 34 años de edad, cuando entró a caballo al bosque. Postrado en tierra le fue concedido tener una visión tan preciosa de la gracia, amor y humillación de Cristo como Mediador, que pasó una hora vencido por un torrente de lágrimas y llanto.
Como podemos apreciar, esta obra de Dios a través de Jonatán Edwards fue uno de los mayores avivamientos de nuestra época contemporánea. Comenzando en Northampton, y extendiéndose por toda América del Norte hasta llegar a Escocia e Inglaterra, todo en un espacio de dos o tres años.

Su muerte fue inesperada. Edwards había aceptado la invitación al Seminario Teológico de Princeton a ser su próximo presidente, pero antes que Sarah y los niños se reunieran con él, apareció una epidemia de viruela. Hizo que todos los estudiantes se vacunaran, incluido él, pero las fiebres producidas por la vacuna le debilitaron al tal grado que le restaron fuerzas, falleciendo después de un mes, a la edad de cincuenta y siete años, en 1758.


Uno de sus biógrafos afirmó lo siguiente aceca de él: "En todas las partes del mundo donde se hablaba inglés, era considerado como el mayor erudito desde los días del apóstol Pablo o de Agustín".

SUS PALABRAS
  • "Muchos oran con sus labios por aquello por lo que sus corazones no sienten ningún deseo".
  • "Ver tu propia ignorancia y ceguera es el primer paso hacia tener el verdadero conocimiento".
  • “Muchas personas piadosas en ésta y en otras épocas, se han expuesto a sí mismas a terribles engaños por el hecho de dar demasiado peso a sus impulsos e impresiones como si fueran revelaciones inmediatas de Dios, profecías del futuro o instrucciones para dirigirles en lo que van a hacer o a dónde van a ir”.
ENSEÑANZAS PARA NUESTROS DIAS   

De la vida de Jonathan Edwards podemos extraer grandes tesoros que al ser aplicados a nuestras vidas puedan ser bendiciones para nuestras familias y para toda persona que el Señor ponga en nuestras vidas:

1.- Jonathan creció en una familia en donde la Palabra de Dios ocupaba el primer lugar. Su hogar estaba llenado por una atmósfera donde se respiraba la Biblia. Sus padres oraban con fervor y constancia para que sea llenado de la presencia del Espíritu Santo y sea usado por el Señor.  

En la actualidad, cuanta falta hace que en nuestros hogares los padres dediquen, siquiera los domingos un tiempo a la lectura bíblica, en donde el padre -como cabeza de hogar- asuma su rol de sacerdote y ministre a su familia con la meditación bíblica. Atrás quedaron los tiempos en que se reunía toda la familia en casa para tener un culto familiar. Hoy lamentablemente el día domingo preferimos descansar, o ver una buena película, o dejar que los niños jueguen su "play station" a fin de que nos dejen tranquilos, siquiera en "nuestro fin de semana".

2.- Me impresiona lo que uno de los biógrafos de Jonatán Edwards afirma al mencionar que su vida estuvo llena de días de ayuno, oración y de meditación; y que nunca dejó de frecuentar los lugares solitarios de los bosques para buscar a Dios. Acostumbraba a pasar largo tiempo con la Palabra de Dios, invertía trece horas de oración y de estudio de la Biblia, esta es la razón del secreto de su ministerio pues las victorias obtenidas contra el pecado y el escepticismo de su época fueron ganadas de rodillas y en meditación bíblica.

Lamentablemente, la "cultura light" ha permeado en algunas de nuestras iglesias -digo algunas no a todas-, pues el estudio para la exposición bíblica por algunos de nuestros líderes encargados de exponer la Palabra, cada vez se va haciendo más suave, más "light", se nota en su predicación, se ve que no han invertido el tiempo necesario. Desde aquí les preguntamos ¿Cuánto tiempo invierten en el estudio de la Palabra de Dios para las ovejas que el Señor a puesto en su cuidado?.

A nosotros nos enseñaron en el Seminario Bíblico que la preparación por parte del pastor que tenía la responsabilidad de predicar exigía esfuerzo y dedicación, de tal modo que deberia de ser como un "dolor de parto" para él. Sin embargo, hoy algunos predicadores prefieren la exposición temática (pues exige menos esfuerzo, es decir no duele, y cuesta menos) en desmedro de la predicación expositiva que exige mayor esfuerzo.


Y así quieren que "SU iglesia" crezca, anhelan "mega-iglesias" sin pagar el precio que exige la cruz. Es decir, con cargo a "meditaciones y estudios bíblicos al paso" pretenden alimentar a las ovejas, no quieren dare cuenta que ellas deben de ser alimentadas con pastos frescos, se olvidan que el Señor espera que ellos den a Sus ovejas pastos de conocimiento y prudencia: "Os pondré pastores según mi corazón que os den pasto de conocimiento y prudencia" Jeremías 3:15.

¡Cuidado con caer en la dicotomía "Obesidad eclesial vs. Iglecrecimiento"!, o será "numerolatría", tal como nos advertía un amado y recordado profesor en el Seminario.

3.- Un último aspecto importante en la vida de Edwards, fue el apoyo que representó para él su esposa Sara. Ella se constituyó en la ayuda idónea en el ministerio que Dios le había encargado, a pesar de cuidar a once niños y dedicarse a la administración del hogar, ella sabiamente se daba tiempo para estar a su lado en los tiempos de oración con su esposo, ¡cuan importante es la esposa para el siervo que es llamado por Dios para un especial encargo!.

Definitivamente, hay mas cosas que decir acerca de Jonathan Edwards, pero hasta aquí llegamos. Es mi deseo que esta lectura inspire a tu vida para llegar a ser el siervo o la sierva que Dios quiere hacer de ti. Ya sabes cuenta esta historia, la idea es ser bendición para las nuevas generaciones, a fin de RESTAURAR CALZADAS PARA HABITAR.

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