EL PACTO DE DIOS

EL PACTO DE DIOS: "El Señor te pastoreará siempre, en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos, y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca se agotan. Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas, los cimientos de generación y generación levantarás, y serás llamado reparador de muros caídos, restaurador de casas en ruinas" Isaías 58.11-12

domingo, 25 de septiembre de 2016

PELEANDO ARDIENTEMENTE POR LA FE

Luego de unas largas vacaciones hemos decidido volver. Ahora con temas mucho más centrados en la Palabra con los cuales esperamos bendecirles a usted y a su familia. Nuestro objetivo siempre será bendecir a la familia de todos aquellos que día a día nos buscan en la internet, ya sea por nuestro blog o por el Facebook.

Les contamos a partir del presente año, hemos empezado una Serie de Estudios Bíblicos denominado "Viajando por la Biblia". Visitando ya varios libros del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento como Jonás, Abdías, Romanos, Santiago, entre otros, todos de gran significado y mensaje para la familia.

Hace algunas semanas hemos empezado el estudio de un libro de la Biblia que consideramos muy demandante y controversial: la Epístola de Judas. Y lo hemos titulado: PELEANDO ARDIENTEMENTE POR LA FE. Lo estamos haciendo con un precioso grupo de hermanos y amigos.

Así que si deseas seguir nuestros estudios te invitamos a comunicarte con nosotros al correo sembrandovidaenlafamilia@hotmail.com o en el facebook: Sembrando Vida en la Familia, donde con mucho gusto te atenderemos, y te daremos mayor información acerca del lugar, el día y la hora de reunión.

Por el momento, hoy presentamos una breve introducción del libro, para que tengas una idea de las perlas que se pueden extraer de tan preciosa carta que Dios, a través de Judas, dirigió a su Iglesia de todos los tiempos.

JUDAS: PELEANDO ARDIENTEMENTE POR LA FE

INTRODUCCIÓN


Cuando el hombre del siglo XXI lee la carta de Judas a la iglesia, en un principio quizás, no pueda percibir la vigencia de la misma. 

Sin embargo, cuando analiza su entorno y percibe de la gran influencia de las numerosas sectas, movimientos y filosofías que han inundado nuestro mundo post moderno, no tiene más que asentir de que los tiempos no han cambio, que el hombre sigue siendo el mismo, y que la apostasía y el espíritu del anticristo, tal como en la antigüedad, aún mantienen vigencia.

¿Qué hacer frente a este alud de ideas y filosofías de vida que queramos o no nos afectan?
¿Nos podrán dar las Escrituras la solución, primero para identificar a los agentes de corrupción de la Palabra en las iglesias, y segundo a corregir de inmediato a fin de conservar la sana doctrina? 
¿De qué manera podemos cuidar nuestras familias de este ataque tan evidente contra ellas? 
¿Hasta qué punto es pertinente el estudio de la epístola de Judas en pleno siglo XXI?


En este trabajo se buscará de resolver éstas interrogantes mirando la EPISTOLA UNIVERSAL DE JUDAS.

LA CARTA

Propósito. En principio hablemos de la carta y su propósito ¿Cuál el própósito que había en el corazón del autor cuando se dispone a escribir la carta?

Era el de alertar a la iglesia de Jesucristo sobre el peligro latente de falsos maestros que ya estaban dentro de la iglesia, recordándoles de la necesidad de vigilar constantemente y mantenerse firmes en la fe oponiéndose a las herejías que soterradamente se estaban enseñando por aquellos.

Autor. El autor de la epístola es Judas, el hermano de Santiago o Jacobo, y medio hermano de Jesús. Judas mismo se identifica como “hermano de Santiago”, aquel que era en esos momentos líder de la iglesia de Jerusalén, y que fuera autor de la Epístola que lleva su nombre.

En varios pasajes de las Escrituras se le menciona como hermano de Jesús, como en Mateo13.55 y Mar 6.3.

¿No es acaso el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María; y no son sus hermanos Jacobo, José,  Simón y Judas?”. Mat 13.55

Cabe señalar, que en las Escrituras también se  mencionan otras personas con el nombre de Judas, como por ejemplo:
  • Judas Iscariote, tristemente recordado como el traidor de Jesús (Mt. 10.4)
  • Judas, hermano de Jacobo, integrante del grupo de los doce apóstoles, conocido también como Tadeo (Lc. 6.16, Hch 1.13, Mt. 10.3. Mr. 3.18, Jn. 14.22)
  • Judas de Damasco, el que hospedó a Pablo después de su encuentro con el Señor (Hch. 9.11).
  • Judas el galileo, sedicioso que lideró una revuelta del pueblo en contra de las autoridades (Hch. 5.37).
Sin embargo, por su propia confesión como herm. ano de Jacobo, y reconociendo que luego de la resurrección de Jesucristo, tanto su madre y hermanos se unen a los apóstoles (Hch. 1.12-14) se puede confirmar que el autor de la epístola es el medio hermano de Jesús, como ya lo habíamos afirmado en Mateo 13.55 y Marcos 6.3.

Fecha. Es difícil establecer la fecha de composición de la epístola, algunos toman como referencia la segunda carta del apóstol Pedro, viendo entre ellas un paralelo, pues Pedro también se refiere a un grupo que les denomina “los falsos maestros”.

Se argumenta que si Judas fue escrita antes de II Pedro, entonces la carta fue compuesta en una edad temprana (65 d.C. aprox.). Si, por el contrario, fue escrita posteriormente a II Pedro, como muchos especialistas presumen, debe de haber sido escrita por el año 80 d.C.

La postura más razonable parece ser la que deduce que fue escrita entre el año 67 y 68 d.C. aprox., debido a la ausencia de una referencia a la caída de Jerusalén, que hubiera sido propicia comentarse en el verso 5 de la carta.

Evidencias Externas. Existe abundante evidencia respecto a su autoría por Judas, el hermano del Señor; así como lo asienten escritores del Siglo II como Tertuliano, Clemente de Alejandría y Orígenes.

La primera referencia de la carta se hace en el Fragmento Muratorio (175 d.C.), así también se le incluye en la versión antigua latina del Nuevo Testamento. Hay alusiones a ella en la Didaché y en el Pastor de Hermas.

Evidencia Internas. Judas se autodenomina “hermano del Santiago”, el cual fue líder de la iglesia de Jerusalén. Asimismo, en Marcos 6.3 se menciona Judas como un hermano de Jesucristo: 

¿No es éste el carpintero,  hijo de María,  hermano de Jacobo,  de José,  de Judas y de Simón? ¿No están también aquí con nosotros sus hermanas?  Y se escandalizaban de él”.

De otro lado, a lo largo de la carta, se aprecia un profundo conocimiento del Antiguo Testamento que evidencia que la escritura fue hecha por un hombre de origen judío.

Destinatarios. La carta está dirigida a los cristianos judíos, y a todos los creyentes, en cualquier lugar y de todos los tiempos.

Vocabulario y estilo. El vocabulario de la carta demuestra que el autor fue un judío conocedor del Antiguo Testamento y de los hebraísmos, como también del dialecto común. Trece palabras del que aparecen en la epístola de Judas no se registran en ninguna otra parte del Nuevo Testamento.

El estilo, aunque a veces poético, siempre revela el tono de autoridad y severidad de un hombre riguroso en sus convicciones religiosas.

Contradicciones de la carta. La carta ha sido una de las más discutidas para su canonicidad desde la época patrística (padres de la Iglesia) . ¿Cuál es la razón? son dos declaraciones que Judas hace y que no se encuentran en ningún otro lugar de la Biblia, pero sí se encuentran en dos escritos no canónicos del siglo I.

El primero es La Asunción de Moisés (v. 9) conocida por las citas de ciertos padres griegos y por una versión latina incompleta. El segundo es el Libro de Enoc (v. 6, 14) que fuera quemado y destruido, al punto que sólo ha sido recuperado en su versión etíope Ge’Ez a partir del trabajo de James Bruce, en Etiopía.

Sin embargo, el libro fue tenido por auténtico y rebelado por 500 años, y citado por los primeros padres de la iglesia: Clemente, Tertuliano, Ireneo, Orígenes, Ambrosio, entre  otros. Pero, luego fue declarado herético y destruido en Nicea.

Cualquier cuestionamiento a la validez de la carta por causa de lo mencionado anteriormente, se debería de recordar que el apóstol Pablo “en dos ocasiones hizo uso aun de la literatura pagana de sus días con el mismo fin”.[1]

La primera se encuentra en Hechos 17.28, cuando menciona una frase del poeta Epiménides (S. VI a.C.), la segunda declaración se halla en Tito 1.11-13 con el poeta Arato (S. III a.C.); sin embargo, no se pone en tela de juicio ni se discute la autenticidad de las cartas de Pablo, ni se pretende canonizar la literatura de éstos personajes.

Cabe destacar, que la epístola no gozaba del aprecio de Martín Lutero, porque consideraba que era un resumen de 2da Pedro, aunque a pesar de ello la consideró en el canon. Asimismo, Juan Calvino aceptó la canonicidad de la carta porque la iglesia primitiva la puso como parte de los libros canónicos del Nuevo Testamento,al respecto él escribe: “su lectura es útil, que no contiene nada inconsistente con la pureza de la doctrina apostólica y que fue recibido como auténtica anteriormente, por alguna de la mejor gente”.[2]

Marco histórico. Desde el siglo I la iglesia estaba siendo amenazada por las herejías y sus falsas enseñanzas, como la forma de un gnosticismo primitivo e incipiente, el mismo judaísmo, entre otras corrientes, los cuales muy sutilmente se introducían en la iglesia. Aunque la herejía gnóstica que se quiso mezclar con el cristianismo: gnosticismo cristiano, pudo cobrar vigencia a partir del siglo II.

Así lo hace saber, un comentario del libro Nuevo Diccionario Bíblico, cuando dice: “Judas había proyectado otro tratado,… cuando se vio obligado a adoptar una línea mucho más controvertida… Esto se hizo necesario por las alarmantes propuestas de un incipiente gnosticismo en el círculo de cristianos al que se dirige Judas….[3]

Es importante mencionar, que la iglesia estaba siendo atacada por dos formas de gnosticismo en esa época: el gnosticismo ascético, del cual se defiende Pablo en Colosenses, y el gnosticismo liberal del cual se opone Pablo en su carta a los Gálatas (Gál. 5.13).

En el momento que la epístola fue escrita (año 67-68 d.C.) Roma estaba siendo gobernada por el emperador Nerón. Si consideramos como fecha de composición el año 80, entonces era Domiciano quien en esos instantes regía los destinos del Imperio.

Versículo clave
Judas 3: Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos”.

Palabras clave: Contender, la fe, mantener.

Esta histotia continuará...

Ps. Félix Jara 



[1] Nuevo Auxiliar Bíblico. Casa Bautista de Publicaciones, p. 503.
[2] Juan Calvino, Commentaries on the Catholic Epistles: The Epistle of Judas, editado y traducido al inglés John Owen, año 1948, p. 427.
[3] Judas, Epístola de. Nuevo Diccionario Bíblico. Editorial Certeza, p. 761