EL PACTO DE DIOS

EL PACTO DE DIOS: "El Señor te pastoreará siempre, en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos, y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca se agotan. Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas, los cimientos de generación y generación levantarás, y serás llamado reparador de muros caídos, restaurador de casas en ruinas" Isaías 58.11-12

jueves, 9 de febrero de 2012

Susana Wesley: la madre que crió a sus hijos para que sean de bendición

En Sembrando Vida en la Familia, vivimos cada día buscando la voluntad de Dios, a fin de que esta página sea un espacio en donde toda la familia sea bendecida, para que con su lectura nuevas generaciones se forjen con principios basados en la Palabra de Dios reflejando la imagen de Jesucristo en sus vidas e impactar así en la sociedad.

Por eso hemos entendido que el Señor nos está llamando a resaltar a la mujer -como madre, formadora de generaciones, ama de casa, profesional, hija, compañera, amiga, esposa, etc.-; así que, considerando este propósito, los días jueves (recordando las reuniones con las esposas de los varones de "EVEC" que el Señor nos permitió juntar para trabajar la Palabra en la iglesia en que alguna vez el Señor nos permitió ministrar con Elizabeth, mi amada esposa) estaremos publicando las vidas de mujeres que han hecho y hacen historia, que han dejado y están dejando un legado a las generaciones, muchas de ellas hoy en el anonimato. 

En consecuencia, estaremos desempolvando libros, revistas, artículos, periódicos, entre otros, para darle el lugar que a la mujer también le corresponde en este Blog. Bajo esta línea presentamos el primer artículo dedicado a una mujer ejemplar: SUSANA WESLEY.

Aquellos que están familiarizados con los grandes siervos de Dios ya estarán pensando de quien fue madre ésta piadosa mujer. Un artículo que encontramos en nuestros archivos, fechado en Diciembre 2006, fue el inicio de una serie de investigaciones por nuestra parte que hoy pasamos a exponer. Esperamos que sea de bendición y de fuente de inspiración para nuestros lectores, en especial para ti mujer que nos visitas.

Susana Wesley fue la madre de John Wesley y Carlos Wesley. El primero se constituye en el hombre que pudo delinear el carácter de toda una nación más que cualquier otra persona en su generación siendo el fundador del Metodismo. Carlos llegó  a ser uno de los más grandes escritores de himnos de todos los tiempos. Sin embargo, quien tuvo mucho que ver en la formación de estos hombres definitivamente fue Susana.

Ella nació en Inglaterra, año 1669, en un hogar constituido por 25 hijos siendo ella la mayor. Fue criada en un ambiente piadoso. Su padre fue el clérigo Samuel Annesley quien le dio una instrucción excelente permitiéndole permanecer en su estudio cuando muchos de los hombres famosos de la época se reunían allí para discutir temas teológicos y de filosofía.

Fue una mujer inteligente apasionada por los estudios, y de muy joven pudo aprender griego, latín y francés. Mientras que sus compañeras jugaban con muñecas ella meditaba en profundos asuntos espirituales. Algunos la consideran como la "madre del metodismo", en virtud a sus métodos aplicados para la crianza de sus hijos.

A los 19 años, se casó con Samuel Wesley con el cual tuvo diecinueve hijos de los cuales diez lograron sobrevivir, los otros diez murieron en la infancia. Esta mujer dedicó su vida a la crianza y cuidado de su familia. Ella mantenía la casa, administraba las finanzas (pues su esposo era un pésimo administrador) y manejaba los esfuerzos campesinos de la familia. Aunque Samuel tuvo que pasar tres meses en prisión enviado por sus acreedores ella nunca desmayó en su labor.

Cuentan sus biógrafos que en realidad era una mujer de naturaleza frágil. La pregunta que nos hacemos es  ¿Cómo encontraba las fuerzas para criar a diez hijos y administrar el hogar?; es que Susana dedicaba una hora cada mañana y en la tarde para estar a solas con Dios, orando y meditando en las Escrituras. Esta decisión la tomó cuando ya tenía nueve hijos no importando lo que sucediese, apenas el reloj sonaba ella se disponía a buscar comunión con Dios. Creemos que sólo así ella podía afrontar la fuerte carga y los problemas del hogar.

Y así lo confirma Mabel Brailsford cuando afirma lo siguiente: "Cuando nos preguntamos cómo 24 horas podían contener todas las actividades normales que ella, una frágil mujer de 30 años era capaz de realizar, la respuesta puede ser hallada en esas horas de retiro diario, cuando ella obtenía de Dios, en la quietud de su cuarto, paz, paciencia y un valor incansable".

Susana tuvo que pasar por muchas pruebas, pasando por la muerte de sus hijos aún en la niñez, con deudas que crecían y con un crédito que disminuía; sin embargo en el aspecto espiritual, tuvo una vida de riquezas y de victoria. Se cuenta que frente a una dura prueba en un momento de su vida ella escribió: "Aunque el hombre nazca para el infortunio, yo todavía creo que han de ser raros los hombres sobre la tierra, considerando todo el transcurso de su vida, que no hayan recibido más misericordia que aflicciones y muchos más placeres que dolor. Todos mis sufrimientos, por el cuidado del Dios omnipotente, cooperaron para promover mi bien espiritual y eterno... ¡Gloria sea a Ti, oh Señor!"

Ella entregó los mejores viente años de su vida a la enseñanza y al cuidado doméstico de sus hijos sin dejar de depositar en todos ellos su pasión por el aprendizaje y por la rectitud. A los sesenta años de edad, su hijo John Wesley le pidió que le diera a conocer sus métodos para la crianza de los hijos, con renuencia ella le contestó: "No me gusta escribir sobre mi forma de enseñar. Creo que no serviría de mucho que alguien supiera cómo yo, que he vivido una vida de retiro por muchos años, empleé mi tiempo y cuidados en criar a mis hijos. Nadie puede, sin renunciar al mundo, en el sentido más literal, llevar a cabo mi método; y hay muy pocos, si es que hay alguien que pudiera dedicarse por entero durante los mejores veinte años de su vida a salvar el alma de sus hijos".

Desde que sus hijos venían al mundo ella empezaba a entrenar sus voluntades enseñándoles que deberían de obedecer a sus padres. Les enseñaba a llorar despacio, y a beber y comer sólo lo que se les daba. No les era permitido comer ni beber entre las comidas salvo por una enfermedad. Luego de las oraciones familiares a las seis de la tarde, se cenaba en casa, y a los ocho de la noche todos se iban a la cama y debían dormirse inmediatamente.

Ella forjó en los tres varones y siete mujeres, un amor al Señor y por las cosas espirituales aún hasta sus años de madurez. Era tal su sabiduría que su hijo, el pastor John, la buscaba para recibir su consejo. Se cuenta que esta mujer constantemente oraba: "Ayúdame, Señor, a recordar que religión no es estar  confinada en una iglesia o en un cuarto, ni es ejercitarse solamente en oración y meditación, sino que estar siempre en tu presencia".

Se dice que cuando sus dos hijos: John y Carlos,  fueron enviados como misioneros a los indios en los EE.UU., John le manifestó su preocupación por dejarla ya que ella era de edad avanzada; a lo que ella respondió: "Si tuviese veinte hijos, me alegraría que todos ellos fuesen ocupados así, aunque nunca más los volviese a ver".... tremenda declaración no creen!?

De entre las muchas cosas que impresionaron a John Wesley de su madre, no podemos dejar de mencionar, de los recuerdos que tenía cuando niño le oía predicar a ella en las noches de domingo para doscientos vecinos que se reunían en la casa pastoral.

Antes de partir, ya en su lecho de muerte, se recuerda que Susana exclamó: "Mi querido Salvador, ¡estás viniendo a socorrerme en los últimos momentos de mi vida!". Más tarde, estando sus hijos alrededor de su lecho les dijo: "Hijos, tan luego yo haya sido trasladada, canten un salmo de alabanza a Dios". Así, el 23 de en julio de 1742, Susana Wesley dejó esta tierra para encontrarse con su Señor.

Luego de elaborar este artículo, creemos que no nos hemos equivocado al haber iniciado la Serie "Mujeres que hacen Historia" con la vida de Susana Wesley. Una vez reafirmamos nuestro compromiso con el Señor de publicar en la web las vidas de mujeres que han y están marcando un hito en la humanidad.

Es nuestra oración que este primer artículo les sea de bendición a nuestros lectores, muy en especial a las mujeres, a fin de que sea de fuente de inspiración para sus vidas y de bendición para sus hijos, nietos, bisnietos; es decir a muchas generaciones. El Señor ha puesto en sus manos un gran privilegio y hermosa responsabilidad.

Pro 31:10 Mujer virtuosa,  ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas.
Pro 31:11  El corazón de su marido está en ella confiado, Y no carecerá de ganancias.

¡Que el Señor les bendiga y les ayude en ese hermoso MINISTERIO!

Ps. Félix Jara O.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

al ver la biografía de susana wesley
lo desafía a seguir ese ejemplo de oración y dedicación por su familia
pero en especial por la salbacion de sus almas y ese es el compromiso de
nosotras como madres abuelas y esposa
para con nuestras familias amigos y vecinos que DIOS nos ayude a ser lo correcto para agradarle a EL

Yesica dijo...

Sin duda la vida de Susana Wesley es un ejemplo a seguir, las costumbres cambian pero las necesidades del alma son las mismas.

Anónimo dijo...

Gracias Señor por estos grandes ejemplos que nos das. Y sin duda es una muestra de que todo lo podemos en ti que nos fortaleces cada dia para poder ser de bendicion a otros y por supuesto a nuestras familias.Bendiciones