<h1>No está aquí ha resucitado: La Verdad de la Resurrección</h1>

Hoy es lo que en la cristiandad se le se conoce como la Pascua de Resurrección. En muchas de nuestras iglesias se celebra de manera apoteósica, pues sin lugar a dudas, es un día de fiesta en el cual se conmemora la resurrección del Dios, Señor y Salvador de las vidas de todos los que profesamos nuestra fe en Jesucristo. Pero creo que se está perdiendo esa expectación y algarabía, en algunos sectores o iglesias, que años atrás sí existía.

Cuenta José Luis Martín Descalzo, que tuvo la oportunidad de presenciar una celebración de la pascua de resurrección en Jerusalén, en la basílica de Jerusalén donde se asume que está la tumba que acogió por unas horas el cuerpo de Jesús. 

Desde la noche anterior, inclusive desde el atardecer, la basílica se encuentra abarrotada de gente que espera ansiosa la hora de la resurrección. La gente empieza a orar, otros hacen vigilia, otros duermen, pero todos esperan.

Un poco después del alba, el patriarca ortodoxo de Jerusalén ingresa al sepulcro, y se cierran las puertas permaneciendo en oración, mientras crece la ansiedad y la espera en los fieles. Al fin, a las seis de la mañana se abre una ventana, y por ella aparece el brazo del patriarca con una antorcha encendida. Con esta antorcha los diáconos encienden las suyas, y así van distribuyendo el fuego entre los fieles los cuales van pasándolo entre unos a otros, encendiendo todas las antorchas.

Vista de la edícula en el interior de la Basílica de Jerusalén, rodeada con fieles
con velas con ocasión de la Noche de Pascua. Basílica del Santo Sepulcro.
Jerusalén-Israel.

El patriarca sale del sepulcro y grita: ¡Cristo ha resucitado!, y toda la comunidad responde con un sonoro: ¡Aleluya!. En ese instante se produce un gran desbande, y los fieles se lanzan a las calles de la ciudad con sus antorchas encendidas gritando: ¡Cristo a resucitado, aleluya!. La gente que no pudo ir a la ceremonia desde temprano enciende a su vez sus antorchas y como un río de fuego se pierde por toda la ciudad.

Debe de ser impresionante, verdad? Me imagino que será una escena muy hermosa, llena de algarabía y muy contagiosa por cierto. Claro que es un simbolismo, como lo dice el autor, pero representa una gran verdad a los ojos del todo el mundo, creyente y no creyente, que no puede ni debe escapar ni hacerse oídos sordos. 

El autor de la nota deja escrito algo que deberíamos de meditar los que profesamos nuestra fe en Jesucristo: "Eso deberíamos hacer los cristianos todos los días de pascua, y todos los días del año, porque en el corazón del creyente siempre es Pascua, dejar arder las antorchas de nuestras almas y salir por el mundo gritando el más gozoso de todos los anuncios: que Cristo ha resucitado y que, como Él, todos nosotros resucitaremos".

Cabe preguntarnos ¿Hemos compartido el anuncio de la verdad de la resurrección de Jesucristo en estos días?
Los que somos padres ¿Tuvimos un momento de meditación familiar relacionado a este hecho
¿Hemos enseñado a nuestros hijos que la tumba está vacía y que Jesucristo vive?
¿Y qué si Él vive nosotros también viviremos con Él?, o
¿nos hemos preocupado en disfrutar a plenitud de estos cuatro días de "descanso merecido"?

Recordemos lo que escribe Mateo en su evangelio acerca de esta verdad:

Mat 28.1 Pasado el día de reposo,[a] al amanecer del primer día de la semana, vinieron María Magdalena y la otra María, a ver el sepulcro. 
Mat 28:2  Y hubo un gran terremoto; porque un ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegando, removió la piedra, y se sentó sobre ella. 
Mat 28:3  Su aspecto era como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve. 
Mat 28:4  Y de miedo de él los guardas temblaron y se quedaron como muertos. 
Mat 28:5  Mas el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. 
Mat 28:6  No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor. 
Mat 28:7  E id pronto y decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos, y he aquí va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis. He aquí, os lo he dicho. 
Mat 28:8  Entonces ellas, saliendo del sepulcro con temor y gran gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus discípulos. Y mientras iban a dar las nuevas a los discípulos, 
Mat 28:9  he aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron. 
Mat 28:10  Entonces Jesús les dijo: No temáis; id, dad las nuevas a mis hermanos, para que vayan a Galilea, y allí me verán.

El apóstol Pablo en su carta a los cristianos de Corinto, ASEGURA la verdad de la RESURRECCIÓN  y SU APARICIÓN de la siguiente manera:

1Co 15:3  Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; 

1Co 15:4  y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras;

1Co 15:5  y que apareció a Cefas, y después a los doce.

1Co 15:6  Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen. 

1Co 15:7  Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles; 

1Co 15:8  y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí. 

Pero eso es que cada día debemos de anunciar que Jesucristo ha resucitado que ÉL ESTA VIVO y es Señor de nuestras vidas... ANUNCIEMOS LA VERDAD DE LA RESURRECCIÓN.... ¡CADA DÍA PASA LA ANTORCHA!
Y vivamos conforme a esa gran verdad cada día, pues Él "apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos vien aún ..." 

Publicado por Ps. Félix Jara

¡EL VIVE!... POR TANTO, DA LA BUENAS NUEVAS. 
¡Felices Pascuas de Resurrección!