
Ya frente a Carlomagno el hombre tomó su arco y lanzó una flecha que pasó silbando por el agujero del hacha y, por el otro lado, partió la manzana por la mitad. El Emperador quedó totalmente sorprendido por el hecho, con lo cual el arquero aprovechó para decirle: "He pasado diez años entrenándome, Majestad, para poder hacer esta hazaña en su honor".
Cuentan los presentes de tal acto, que Carlomagno les respondió: "¡Diez años para estropear una manzana con una flecha!... Serás condenado a pasar diez años haciendo algo útil por tus hermanos, irás a plantar manzanos en mis huertos y los cultivarás para los pobres!"
Esta historia nos hace recordar la narración de Mateo en su evangelio cuando escribe uno de los aspectos que consideró Jesús en el Sermón del Monte, y que se encuentra en el capítulo 7:
Mateo 7:21 No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.
Mateo 7:22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?
Mateo 7:23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.
Lo que el apóstol escribe aquí podemos relacionarlo con el relato de Carlomagno y el arquero, en cuanto a lo que estamos haciendo para el Señor de nuestras vidas, Jesucristo, y que puede clasificarse como una "cosa inútil" para el Señor.
Y quiero hacerlo con sumo cuidado, pues temo que algún lector puede ofenderse, pero no es esa nuestra motivación, sólo es hacer reflexión acerca de lo que estamos haciendo con nuestro servicio para Dios. Pues, a veces podemos caer en el error que cayó el arquero, en creer que estaba haciendo una proeza para su Emperador. Igualmente, el creyente, el pastor, el maestro de Biblia, entre otros servidores en la iglesia, pueden engañarse creyendo que estamos sirviendo al Señor con alguna acción o actividad que estamos realizando para Su Reino.

Si analizamos en detalle lo que Jesús dice nos percataremos en el verso 22 que las personas mencionadas por Jesús dicen tres cosas que estaban haciendo alternadamente, esto estaban muy activos en el servicio:
profetizaban, hacían liberación de espíritus y hacían milagros... ¡en el nombre del Señor!.
Y lo más patético del hecho era que al final el Señor no reconocía ese servicio como tal.... ¿porqué? porque lo estaban haciendo conforme a la voluntad de ellos, en su carne, en sus fuerzas, y no conforme a la voluntad del Padre.
Lamentablemente, la iglesia se ha llenado de mucha actividad, de mucho activismo, y se ha convertido en un club de amistad donde vamos a compartir, charlar, y después, al último a abrir la Palabra de Dios por unos breves minutos, y luego a servir, ya ni se ora para consagrar el servicio. Eso es una realidad que está sucediendo, y que la iglesia en su conjunto no lo podemos negar.
1Timoteo 3:1-5 Se dice, y es verdad, que si alguno desea ser obispo (alcanzar liderazgo dentro de la iglesia), a noble función aspira. Así que el obispo debe ser intachable, esposo de una sola mujer, moderado, sensato, respetable, hospitalario, capaz de enseñar; no debe de ser borracho ni pendenciero, ni amigo del dinero, sino amable y apacible. Debe gobernar bien su casa y hacer que sus hijos le obedezcan con el debido respeto;porque el que no sabe gobernar su propia familia, ¿cómo podrá cuidar de la iglesia del Señor?
Por ejemplo, uno sólo nada más, líderes como aquellos que componen el Consejo Administrativo o Consistorio, a veces sesionan hasta altas horas de la noche para tocar temas relacionados a la administración de la iglesia. Y de ahí a dormir unas horas para luego ir a trabajar al día siguiente ¿Con qué ganas o fuerzas pueden ir a trabajar? ¿Y la familia quién los atiende? ¿Se darán cuenta de eso mis consiervos, del daño que están ocasionando a la familia de las ovejas del Señor?.

Algunos pastores ya no enseñamos ni fomentamos en los padres de familia a hacer un Altar Familiar, al menos una vez por semana.
El problema es que podemos albergar alguna motivación equivocada soterrada en lo profundo del corazón. Hagámonos una pregunta ¿estarías dispuesto o dispuesta a dejar ese servicio para que lo hagan otros? No respondas inmediatamente, revísalo y ora, y luego responde con sinceridad de corazón.
¡Que el Señor te bendiga en este tiempo de recogimiento y meditación de Fin de Semana, esta semana de reflexión personal y familiar.
Recuerda que tu familia te espera cada día, no los sacrifiques, APRENDE A DECIR NO. Tu familia es tu primer ministerio.
Publicado por Ps. Félix Jara
No hay comentarios:
Publicar un comentario