EL PACTO DE DIOS

EL PACTO DE DIOS: "El Señor te pastoreará siempre, en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos, y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca se agotan. Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas, los cimientos de generación y generación levantarás, y serás llamado reparador de muros caídos, restaurador de casas en ruinas" Isaías 58.11-12

miércoles, 22 de enero de 2014

Carta de una madre para su hija

Encontré una hermosa carta entre mis "curiosidades". Quise indagar quién era el autor, pero luego desistí, pues pensé: "al cabo no es lo que interesa ni es lo más importante. Es lo que está escrito en la carta lo que importa".

Quizás ya la conoces pero es bueno recordarla. No hay nada que mejorar. Todo lo que está escrito aquí definitivamente brota de un corazón de madre. Que no reclama sólo ama. 

Dicen por allí que si quisiéramos conocer el amor de Dios, lo más semejante en la tierra sería el amor de una madre, por supuesto conservando las distancias.

Para terminar, en un poema titulado "El amor de madre" el autor escribe lo siguiente: "El amor de madre es distinto a los otros amores. No conoce la traición y jamás lastima intencionalmente... Sin duda es la réplica más grande del Amor de Dios que vivimos segundo a segundo de nuestra vida. Y muchas veces no lo reconocemos".

En este mes que inicia el año, mes de buenas intenciones y de cambios necesarios, propongámonos valorar el amor de nuestras madres, y expresémoslo con hechos. Que esa actitud persista todo el año.

Félix Jara


Proverbios 31:28a Sus hijos se levantan y la llaman bienaventurada 


CARTA DE UNA MADRE A SU HIJA

Mi querida hija,

El día que me veas vieja, te pido por favor que tengas paciencia, pero sobre todo trata de entenderme.

Si cuando hablamos, repito lo mismo mil veces, no me interrumpas para decirme “eso ya me lo contaste” solamente escúchame por favor. Y recordar los tiempos en que eras niña y yo te leía la misma historia, noche tras noche hasta que te quedabas dormida.

Cuando no me quiera bañar, no me regañes y por favor no trates de avergonzarme, solamente recuerda las veces que yo tuve que perseguirte con miles de excusas para que te bañaras cuando eras niña.

Cuando veas mi ignorancia ante la nueva tecnología, dame el tiempo necesario para aprender, y por favor no hagas esos ojos ni esas caras de desesperada. 

Recuerda mi querida, que yo te enseñé a hacer muchas cosas como comer apropiadamente, vestirte y peinarte por ti misma y como confrontar y lidiar con la vida. 

El día que notes que me estoy volviendo vieja, por favor, ten paciencia conmigo y sobre todo trata de entenderme. 

Si ocasionalmente pierdo la memoria o el hilo de la conversación, dame el tiempo necesario para recordar y si no puedo, no te pongas nerviosa, impaciente o arrogante. 

Solamente ten presente en tu corazón que lo más importante para mí es estar contigo y que me escuches.


Tu mamá


Una última recomendación, nunca te avergüences de tu madre. Nunca te olvides de ella. Dios aborrece la ingratitud del hombre y de la mujer. Eleva un oración y da gracias al Altísimo por la madre que Él te ha dado.

¡Que Dios te bendiga!

PD. Leéle esta carta a tus hijos estamos seguros que ellos entenderán. Será como un tesoro guardado en sus corazones y el mejor legado que estarás depositando en sus corazones. 

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