ETICA DEL TRABAJO 1: Breve análisis de la corrupción en el Perú y una solución para nuestra sociedad - Parte 1

“Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia,  porque a Cristo el Señor servís”

(Colosenses 3:23-24)

INTRODUCCION

A raíz de los hechos ocurridos en los últimos días, empecé a desempolvar algunos trabajos que en su oportunidad realizamos cuando cursábamos nuestra Maestría, y me encontré con uno que considero es muy pertinente, el título LA ETICA DEL TRABAJO; el mismo que estaremos colgando cada semana, por supuesto corregido y mejorado, pues todo puede ser perfectible, esto es perfeccionado; aunque nunca podremos llegar a la perfección de algo, pues por el hecho de ser humanos somos seres erráticos, así alguien pueda decir lo contrario.

De hecho aqui en SVF, creemos que la búsqueda de la perfección (bíblicamente hablando), o de la calidad, como también se está llamando últimamente (en lo secular), debe de ser siempre permamente en el ser humano, más áun en el cristiano, más nunca punitiva ni coercitiva, ejemplo de ello nos lo dio nuestro Señor Jesucristo.

Él mismo nos dio el mandato en el Sermón del Monte: "Por lo tanto, sean ustedes perefectos, como su Padre que está en los cielos es perfecto" Mateo 5. 48

Bueno aquí vamos, cuando por primera vez escuche el término “ética del trabajo” me vino a la mente la idea de mantener una buena conducta, un correcto comportamiento, en el lugar donde desarrollamos nuestra actividad económica, o donde desempeñamos nuestras labores cotidianas de trabajo de una manera responsable y acorde con la ética y la moral.

En los últimos tiempos este tema: Ética del Trabajo, ha cobrado vigencia pues hechos como la corrupción política, el enriquecimiento ilícito, las llamadas coimas, la carencia de compromiso, la falta de responsabilidad en el trabajo; así como el interés individual, más que el corporativo, son temas que alcanzan ya niveles mediáticos en nuestra sociedad.

Casos de corrupción en entidades públicas años atrás, como los recordados COFOPRI, el Banco de Materiales, Discover-Petro Perú; las coimas a los jueces, vocales y secretarios en la administración de justicia; y últimamente, los audíos que demuestran una corrrupción aberrante en el CNM, que rebota en la politica, evidencian que nuestra sociedad esta enferma.

Las estadísticas son serias y confirman lo dicho, pues una publicación de la Organización para la Transparencia Internacional posiciona al Perú en el puesto 96 en el ranking de corrupción gubernamental, muy alejado del primer puesto que sería lo ideal, en donde no existe corrupción alguna.
Con una evolución de la percepción de corrupción en los ultimos cinco años que ha empeorado, provocando un descenso de nuestra posición en el ranking internacional de corrupción.

Por eso es que afirmamos, que nuestra sociedad está enferma de un cáncer agresivo, que al parecer no tiene cura, la cual se ha convertido en endémica, y que lamentablemente nadie ha podido hasta el momento erradicar de tajo; a tal punto, que se dice que la corrupción se ha institucionalizado en el Perú, prácticamente ha sitiado nuestra sociedad, tomando los lugares de poder, para así extender sus tenebrosos tentáculos, y desde allí ha empezado su obra putrefacta y de contaminación.

Por si fuera poco, las largas colas para hacer trámites en una entidad pública, las gestiones burocráticas que extienden los plazos de entrega de los documentos, los empleados que hacen tiempo, la impuntualidad, el hacer uso de tiempo adicional para el refrigerio, entre otros, nos muestran que ya no hay la vocación del servicio en las funciones laborales.

Entonces, ahora con natural razón, cobra sentido el hablar de ética, de una ETICA DEL TRABAJO, de hecho no sólo en el contexto público sino obviamente en el privado, e inclusive porque que no decirlo, en el contexto eclesial, es decir de la Iglesia del Señor.

Esta realidad nos obliga a formular preguntas como: 

¿Qué es ética? 
¿Qué son los Códigos de Etica? 
¿Será suficiente el establecer códigos y normas de trabajo, o el implementar Comités de Ética en los centros de trabajo? 
¿Qué puede decir la Iglesia del Señor acerca de este tema?  
¿Qué nos tiene que decir la Palabra de Dios, la Biblia, al respecto?
¿Qué opina la ética cristiana con relación al trabajo?
¿Es necesaria primariamente la realidad de una obra de redención en el corazón del funcionario, del profesional o del gobernante?
¿En qué momento perdimos los principios y valores que nos enseñaron antaño?

A continuación, trataremos de contestar éstas preguntas, y otras tantas, que surgirán de hecho durante el desarrollo del presente trabajo; por supuesto, sin presumir que con este documento llegaremos a la solución de un problema que debe ser visto con suma seriedad, especialmente por parte de la Iglesia del Señor en el cumplimiento de uno de sus roles más importartes aquí, el ser luz del mundo y sal de la tierra.

Que el Dios de toda carne bendiga a ti y familia. 

Nos vemos la próxima semana en donde continuaremos hablando de este tema.


Ps. Félix Jara