Con un juego inteligente, estratégico y muy bien planificado; basado en el sacrificio, en el espíritu de cuerpo, y en la humildad del equipo, podemos decir que estamos ahora entre los cuatro mejores equipos del torneo.
La última vez que algo parecido sucedió fue en el año 1997, en Bolivia, en una competencia parecida. Es decir han tenido que pasar 14 años para poder disfrutar de un hecho de esta naturaleza, que nos llena de alegría y de orgullo de ser peruanos, no sólo por nuestra sabrosa comida, por nuestro rico pasado milenario o por el repunte de nuestra economía.
Así pues, las nuevas generaciones de nuestros jóvenes han podido saborear lo que se siente cuando el nombre del Perú es asociado con el football, y eso es bueno, ya era tiempo, aunque aun nos falta mucho camino por recorrer.
Los titulares en los medios de circulación daban cuenta en la mañana del domingo del hecho inundando los kioscos de la ciudad:
- "¡ESTAMOS EN SEMIFINALES!: Lobatón y Vargas hicieron los goles, pero la hazaña es responsabilidad de todo el equipo. Ayer, dos gritos de gol irritaron las gargantas de millones de peruanos y les dieron una alegría que hace solo unas semanas se hubiera calificado de sueño imposible". EL COMERCIO
- "¡CON GARRA Y CORAZÓN! Carlos Lobatón y Juan Manuel Vargas ponen al Perú entre los mejores equipos de Sudamérica". PERU.21
- "MARKA PERÚ: Histórico el Perú de Markarián venció a Colombia en suplementario y está en semifinales de la Copa tras 14 años". DEPORTE TOTAL
"... aún así hay que reconocer si el rival emboca el penal, el partido hubiera sido otro... Dios quiso que así fuera, y Gloria a Dios por este triunfo que nos dio, Gloria a Dios".
Esto me hace recordar lo que en el LIBRO de los libros, hace más de 2000 años, Pablo escribió a la iglesia de Roma:
Rom 4:20-21: Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando GLORIA A DIOS, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido..."
Aquí el apóstol se estaba refiriendo a Abraham, el padre de la fe, el cual dice que su fe no se debilitó ante la realidad de ser un anciano, o de la esterilidad de su esposa Sara, y ni tampoco dudo de la promesa que Dios le habia dado de que él saldría descendencia, la cual sería como las estrellas que no se puede contar, "Y le dijo: Así será tu descendencia" (Gen. 15.5).
El mismo Dios, ante la incredulidad de Sara, al escuchar ésta la promesa, le preguntó a Abraham: ¿Hay para Dios alguna cosa difícil?, y la respuesta obviamente es: NO SEÑOR PARA TI NO HAY NADA DIFÍCIL. Así que si haz recibido promesa de Dios, confía y deposita toda tu fe en Él, a Dios le agrada hacer pactos con Su pueblo, y recuerda, Él es Dios de pactos.
Pero vale la pena preguntarnos, basado en las declaraciones de Markarián, y de hecho en el LIBRO, es la siguiente ¿Alguna vez haz dado gloria a Dios por lo que Él te ha dado? ¿Por la familia que tienes, esposa (o), tus hijos? ¿Por tus padres aun vivos? ¿Por la profesión que tienes? ¿Por la salud que hoy disfrutas? ¿Por el trabajo que tienes? ¿Por el auto, la casa y la comodidad que disfrutas?.
Así como, Markarián tuvo que reconocer a Dios, puedes reconocerle a Él en cada circunstancia de tu propia vida, o crees que todo lo que tienes se debe únicamente a tu esfuerzo?
Bueno, de hecho hay mucho que hablar con relación a este tema, quizás en otro momento podemos compartir más amplio (como dijo un amigo, frente a una taza de café, un buen ceviche o un mousse de alcachofa). Ahí la dejamos. Te dejo algo más para que disfrutes nuevamente de los goles.
¡ARRIBA PERU!... ¡PARA LA GLORIA DE DIOS!
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