Hace unos días recibí de un recordado estimado y amigo de la promoción de la Universidad la historia real de un hecho que expresa hasta que punto puede llegar el amor de una madre observado en el reino animal. Así en este Blog de inmediato procedimos a investigar más del evento acaecido en Agosto 2011, el cual pasamos a narrar, no sin antes agradecer a Guillermo...¡gracias Harry! (así le decíamos en la Universidad).
Sucedió en el país de Kenia, en la Reserva de Maisa Mara. Fue en Agosto del 2011 cuando un cachorro de león cae y queda al borde del acantilado. El pequeño león da lastimosos gruñidos de auxilio, y la madre leona acude en su ayuda colocándose al borde del precipicio conjuntamente con tres leonas y un macho.
Las hembras empiezan a trepar hacia abajo juntos, pero vuelven atrás intimadas por la caída del acantalidado.
Había que arriesgar la vida. Sólo un tenía que aparecer un factor para arriesgar la vida a fin de salvar al cachorro: el amor de madre.
Así que la madre leona emprende la labor de rescate. Poco a poco, ella empieza el descenso hacia su hijo aterrado -aun pidiendo ayuda- cogiéndose con sus poderosas garras de los salientes del borde del acantilado que se desmorona. Un error, un desliz, y podría terminar en muerte en el fondo del barranco.
Ya con el cachorro agotado, y estando a punto de caer al precipicio, la madre da un círculo debajo de él, y justo a tiempo lo agarra con su mandíbula. Y comienza la peligrosa tarea de ascenso de ambos a tierra segura.
Minutos más tarde, llegan a tierra segura el cachorro sano y salvo. La madre al ver a su cachorro muy asustado lo mima y le lame la cabeza, dándole calma y paz, después del difícil momento que había atravesado.
Minutos más tarde, llegan a tierra segura el cachorro sano y salvo. La madre al ver a su cachorro muy asustado lo mima y le lame la cabeza, dándole calma y paz, después del difícil momento que había atravesado.
La historia termina reconociendo lo que es capaz una madre cuando sus hijos están en peligro. Y se recomienda que no olvidemos de esto cuando a veces discutimos con ellas, cuando no la entendemos, cuando no compartamos sus opiniones y puntos de vista.
Dos cosas quisiéramos destacar antes de terminar. Primero, que estamos completamente de acuerdo con la conclusión a la cual se llega en esta historia con relación a la mujer. Pues siempre, hemos enseñado a los varones que el Señor nos dio el privilegio de discipular, que los deberes más importantes para con nuestras esposas como compañeras de nuestras vidas son:
- Amarlas con un amor sacrificial, como Cristo amó la iglesia y se entregó así mismo por ella. Efesios 5.25
- Vivir sabiamente con ellas dándoles el honor como a vaso más frágil, esto es hacerlas respetar ante quien sea. I Pedro 3.7
- A ser agradecidos con ellas. (Colosenses 3.15)
¿Alguien puede decir que esto es mala enseñanza? ¿Qué aquí hay manejo de la Biblia para beneficio propio? Espero pues que nadie se rasgue las vestiduras como algunos tienen por costumbre.
El segundo elemento que queremos destacar es que Dios nos ama como amor un parecido al de una madre, por supuesto salvando distancias.
Isaías 66:12-13 Porque así dice el Señor: "Hacia ella extenderé la paz como un torrente, y la riqueza de las naciones como río desbordado. Ustedes serán amamantados, llevados en sus brazos,
mecidos en sus rodillas. Como madre que consuela a su hijo, así yo los consolaré a ustedes; en Jerusalén serán consolados".
No se tergiverse, pues en el verso que ponemos el autor está utilizando una figura retórica muy usada por el pueblo judío, el Símil, y esto es válido. Lo que ocurre es que Dios para demostrarnos su Amor busca en el mundo una expresión humana que esté a nuestro alcance con la cual que podamos entender; y lógicamente el amor más sublime que podemos encontrar en la tierra, es el amor de una madre.
¡Que preciosa figura que utiliza Dios para demostrarnos cuanto nos ama!. Y es verdad, Dios nos ama tanto que:
1.- Nos asegura que seremos amantados. (Principio de Sustento)
2.- Nos asegura que seremos llevados en sus brazos (Principio de Protección), sobre todo en tiempos de tribulación y angustia.
3.- Nos asegura que seremos mecidos en sus rodillas. (Principio de Gozo)
4.- Nos asegura que nos consolará como a hijos (Principio de Consolación), en tiempos de tormenta y después de ellas.
Que el Dios de toda carne, y que te dice ¿Habrá algo que sea difícil para mí?, día a día te sustente, te proteja, te conceda gozo y te consuele en tiempos difíciles. ¡Amén para ti!
1 comentario:
excelente blog reciban muchas bendiciones desde mi blog
www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com
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