Cada actividad, trabajo o empresa que emprendas en la vida deberías de considerar a Dios en ellas.
Ya sea que estén relacionadas con las cosas de tu hogar, trabajo, estudios o iglesia deberías de tenerlo siempre presente; es más en cualquier área de tu vida a fin de que los resultados no sean improductivos o destructivos.
Es curioso que se mencione tres veces el vocablo "vano" en la porción bíblica. En el original hebreo (שָׁוְא = shav) la palabra empleada para vano, nos da el sentido de desolación, de mal destructivo, de ruina o inutilidad.
Así que, la idea es que pongas siempre delante de Dios tus actividades diarias para que el esfuerzo realizado no sea vano, es decir no sea improductivo, inútil, o peor aún los alcances no sean pura ilusión en tu vida, engañosos... pura vanidad.
Recuerda esto, encomienda al Señor tu camino, y confía en Él, y Él hará.
Y tú,
¿Quién está edificando tu casa (hogar)? ¿Quién está cuidando tu ciudad (familia)?
Qué el Dios de toda carne te conceda los deseos de tu corazón aun cuando estés en tu cama durmiendo.
Sal 127:1 Si el SEÑOR no edifica la casa, en VANO trabajan los que la edifican; si el SEÑOR no guarda la ciudad, en VANO vela la guardia.
Sal 127:2 Es en VANO que os levantéis de madrugada, que os acostéis tarde, que comáis el pan de afanosa labor, pues El da a su amado aun mientras duerme.
Félix Jara
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