Durante el tiempo la temporada de Navidad, un periodista agnóstico en Boston vio a tres niñas de pie delante de la vitrina de una tienda llena de juguetes. Una de ellas era ciega. Él logró escuchar a las otras dos describirle los juguetes a su amiga.
El hombre nunca había concebido lo difícil que era explicar a alguien privado de la vista cómo es que algo se ve. Así que profundamente emocionado, este incidente se convirtió en la base para su historia en el periódico.
Dos semanas después, el periodista asistió a una reunión celebrada por el predicador Dwight Moody. El propósito que le motivaba a asistir era atrapar al evangelista en alguna inconsistencia. Sin embargo, quedó sorprendido cuando Moddy empleó su historia contada en el periódico de las tres niñas para ilustrar de verdad: "así como la niña ciega no podía visualizar los juguetes, una persona no salva no puede ver a Cristo en toda Su gloria", así dijo Moody. ¡Que hermosa ilustración para explicar la la necesidad de explicar a la gente con carencia de conocimiento de las verdades escriturales!.
Esa primera Navidad, algunas cuantas personas comprendieron quién era Jesús en realidad, más aún con relación a la Navidad. Muchos escucharon el informe de los pastores y quedaron asombrados, pero no consideraron al bebé en el pesebre como el Hijo de Dios.
Lamentablemente, hoy sucede lo mismo, pues multitudes no están al tanto de la verdadera identidad de Jesucristo porque se encuentran ciegas espiritualmente. Quizás esto está ocurriendo contigo, y está es la enésima Navidad que pasarás, pero sin conocer al verdadero Jesús, que vino en forma de siervo y de hombre para tomar tu lugar en la cruz.
Permíteme decirte que esta Navidad puede ser distinta a las tantas que has pasado. Pídele a Dios que te abra los ojos. Cree en Aquel que vino a hacerse hombre por amor a nosotros. Luego confía en la obra de redención que hizo por ti en la cruz, y acéptala. Tus ojos serán abiertos, y reconocerás quién es Él en realidad.
Que en esta Navidad la Gloria de Dios sea sobre ti y familia.
Publicado Ps. Félix Jara
(*) Tomado y adaptado de Nuestro Pan Diario.
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