Un cirujano de un gran hospital de la ciudad tenía la costumbre de solicitar unos minutos a solas antes de llevar a cabo una operación.
Otro aspecto importante a mencionar, es el sentido que el Espíritu Santo le quiere dar a la acción, pues el tiempo en el cual se escribe el verbo "pedir" está en presente, e indica que dicha acción debe de hacerse en forma constante (no es una acción que implica descanso sino en todo momento), asimismo el modo en que está expresado es imperativo, lo que señala que se está dando una orden para que cumpla inmediatamente, y en todo momento.
En síntesis, hay dos aspectos que el Señor nos dice que debemos de tener presente cuando pidamos por sabiduría. La primera, es una actitud suplicante de aquel que reconoce su necesidad, ante un ser superior; y segundo, ese pedir debe de hacerse de manera constante, entendiendo que es una orden del Señor.
Tenía una extraordinaria reputación como cirujano. Uno de los jóvenes médicos que trabajaba con él se preguntaba si tal vez existiese relación alguna entre ese hábito y el éxito de aquel hombre.
Entonces se lo preguntó directamente, y el profesional le respondió: "Sí, existe una relación. Antes de cada operación le pido al Médico Supremo que esté conmigo y que guíe mis manos mientras trabajo. Hubo ocasiones en que no tenía idea de cómo continuar la cirugía y luego recibía el poder y la capacidad para continuar. Era un poder que reconozco que venía de Dios. Jamás se me ocurriría operar sin solicitar su divina ayuda".
Sus palabras se divulgaron por todo el hospital con súbita rapidez, y luego por todo el país. Cierto día, un hombre llevó a su hija al hospital e insistía en que la operara el médico que trabajaba con Dios.
Cuando pienso en esta historia saltan a mi mente dos versículos que encajan apropiadamente, y que refuerzan la idea del relato descrito. El primero se encuentra en la epístola de Santiago:
Stgo 1:5 "Pero si alguno de vosotros se ve falto de sabiduría, que la pida a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada".
Quisiera enfocar el análisis del verso en una palabra, pues considero que es importante para entender el verdadero sentido del versículo, y es el verbo "pedir". En el original griego, existen cuatro palabras para dicho término que tienen diferentes connotaciones.
La palabra griega usada aquí es "aiteo" cuyo significado difiere de las demás, y sugiere con frecuencia la actitud de una persona que suplica, es la petición de uno inferior en posición a aquel a quien se le hace la petición. Para que podamos comprender el significado, es el mismo verbo que se emplea en Hechos 3.2, cuando el mendigo pedía en la puerta del templo.
Quisiera enfocar el análisis del verso en una palabra, pues considero que es importante para entender el verdadero sentido del versículo, y es el verbo "pedir". En el original griego, existen cuatro palabras para dicho término que tienen diferentes connotaciones.
La palabra griega usada aquí es "aiteo" cuyo significado difiere de las demás, y sugiere con frecuencia la actitud de una persona que suplica, es la petición de uno inferior en posición a aquel a quien se le hace la petición. Para que podamos comprender el significado, es el mismo verbo que se emplea en Hechos 3.2, cuando el mendigo pedía en la puerta del templo.
Otro aspecto importante a mencionar, es el sentido que el Espíritu Santo le quiere dar a la acción, pues el tiempo en el cual se escribe el verbo "pedir" está en presente, e indica que dicha acción debe de hacerse en forma constante (no es una acción que implica descanso sino en todo momento), asimismo el modo en que está expresado es imperativo, lo que señala que se está dando una orden para que cumpla inmediatamente, y en todo momento.
En síntesis, hay dos aspectos que el Señor nos dice que debemos de tener presente cuando pidamos por sabiduría. La primera, es una actitud suplicante de aquel que reconoce su necesidad, ante un ser superior; y segundo, ese pedir debe de hacerse de manera constante, entendiendo que es una orden del Señor.
Por último, el otro versículo que queríamos recordar, es aquel que se encuentra en el libro de los Salmos, en el capítulo 37, verso 5:
Salmo 37:5-6 "Encomienda al SEÑOR tu camino, confía en El, que El actuará; hará resplandecer tu justicia como la luz, y tu derecho como el mediodía". LBLA
Aquí se nos enseña a que debemos de poner en las manos de Dios nuestros caminos, algunos han asociado esta acción a cuando nos encontramos en problemas, pero éste no es el sentido, porque la idea es que no sólo le entregues al Señor tus cargas sino también todos tus asuntos: tu trabajo, tus negocios, tu familia, tus metas, tus planes, entre otros. Me agrada mucho la versión de la Biblia Latinoamericana relacionada con este mismo verso, ella dice:
Psa 37:5-6 "Encomienda al Señor tus empresas, confía en él que lo hará bien. Hará brillar tus méritos como la luz y tus derechos como el sol del mediodía".
Uno de los mejores elementos que una persona puede agregar a su trabajo, sea cual fuere la esfera en la que se desempeñe, definitivamente es la oración. ¿Qué nos motiva a hacer nuestro trabajo? ¿Qué nos impulsa a dar lo mejor?
Muchos de nosotros lo primero que hacemos cuando llegamos a la oficina o al negocio es prender la computadora, o revisar la agenda del día, o prender el hervidor para prepararnos una taza de café, o quizás abrir las páginas del periódico. O cuando llegamos a la Universidad, Seminario, o centros de estudios lo primero que hacemos es compartir con los compañeros, abrir nuestros libros, etc.
Dedica unos momentos a cubrir tu trabajo, tus estudios, tu familia con oración. Descubrirás que es un buen tiempo empleado porque Él te ayudará a lograr mucho más, luego después de la batalla del día, llegarás a casa para contar a tu esposa, a tus hijos, o a tus padres de lo bien que te fue en el día, es decir lo bendecido que fuiste en ese día. ¡HAZ AL SEÑOR TU SOCIO! ¡Y que toda sea para LA GLORIA DE DIOS!
Que el Dios de toda carne bendiga a ti y a tu familia. Y como siempre mencionamos en este blog, recuerda y ten presente lo que Él dijo:
Jer 32:27 "He aquí que yo soy Jehová, Dios de toda carne; ¿habrá algo que sea difícil para mí?"
Publicado por Ps. Félix Jara
(*) NOTA DE AUTOR DEL BLOG: En estos últimos días, personalmente, he asumido con mayor dedicación esta actitud, y lo he podido comprobar. He podido sentir la voz y la dirección de Dios en el trabajo, anticipando y corrigiendo a tiempo situaciones difíciles. Sigamos dando al Señor cada día el lugar que le corresponde... ¡¡¡HAGAMOS DE EL NUESTRO COMPAÑERO DE TRABAJO, COMPAÑERO DE OFICINA, COMPAÑERO DE ESTUDIO... COMPAÑERO DE TODA LA VIDA!!! A Él también le agrada que le consideremos así.
Salmo 37:5-6 "Encomienda al SEÑOR tu camino, confía en El, que El actuará; hará resplandecer tu justicia como la luz, y tu derecho como el mediodía". LBLA
Aquí se nos enseña a que debemos de poner en las manos de Dios nuestros caminos, algunos han asociado esta acción a cuando nos encontramos en problemas, pero éste no es el sentido, porque la idea es que no sólo le entregues al Señor tus cargas sino también todos tus asuntos: tu trabajo, tus negocios, tu familia, tus metas, tus planes, entre otros. Me agrada mucho la versión de la Biblia Latinoamericana relacionada con este mismo verso, ella dice:
Psa 37:5-6 "Encomienda al Señor tus empresas, confía en él que lo hará bien. Hará brillar tus méritos como la luz y tus derechos como el sol del mediodía".
Uno de los mejores elementos que una persona puede agregar a su trabajo, sea cual fuere la esfera en la que se desempeñe, definitivamente es la oración. ¿Qué nos motiva a hacer nuestro trabajo? ¿Qué nos impulsa a dar lo mejor?
Muchos de nosotros lo primero que hacemos cuando llegamos a la oficina o al negocio es prender la computadora, o revisar la agenda del día, o prender el hervidor para prepararnos una taza de café, o quizás abrir las páginas del periódico. O cuando llegamos a la Universidad, Seminario, o centros de estudios lo primero que hacemos es compartir con los compañeros, abrir nuestros libros, etc.
Dedica unos momentos a cubrir tu trabajo, tus estudios, tu familia con oración. Descubrirás que es un buen tiempo empleado porque Él te ayudará a lograr mucho más, luego después de la batalla del día, llegarás a casa para contar a tu esposa, a tus hijos, o a tus padres de lo bien que te fue en el día, es decir lo bendecido que fuiste en ese día. ¡HAZ AL SEÑOR TU SOCIO! ¡Y que toda sea para LA GLORIA DE DIOS!
Que el Dios de toda carne bendiga a ti y a tu familia. Y como siempre mencionamos en este blog, recuerda y ten presente lo que Él dijo:
Jer 32:27 "He aquí que yo soy Jehová, Dios de toda carne; ¿habrá algo que sea difícil para mí?"
Publicado por Ps. Félix Jara
(*) NOTA DE AUTOR DEL BLOG: En estos últimos días, personalmente, he asumido con mayor dedicación esta actitud, y lo he podido comprobar. He podido sentir la voz y la dirección de Dios en el trabajo, anticipando y corrigiendo a tiempo situaciones difíciles. Sigamos dando al Señor cada día el lugar que le corresponde... ¡¡¡HAGAMOS DE EL NUESTRO COMPAÑERO DE TRABAJO, COMPAÑERO DE OFICINA, COMPAÑERO DE ESTUDIO... COMPAÑERO DE TODA LA VIDA!!! A Él también le agrada que le consideremos así.
1 comentario:
muy interesante este tema, realmente me ha tocado. Y no puedo dejar de pensar q cads cosa q hagamos debamos acercarnos a nuestro Señor encomenarle a El lo q hagamos ya se q vayamos a la calle, la universidad, al trabajo. Inclusive cuando vamos a estudiar encomenarle esas horas de estudio a El para q El nos guie y no permita q nos distraigamos x nada. Mucho mas cuando leamos su palabra sin duda q es algo q debemos aplicar y no solo decir hay q bonito si no llevarlo a la practica xq solo asi alcanzaremos la sabiduria verdadera delante de nuestro Señor, aplicando el conocimiento de la palabra a la vida misa. ME FASCINO .D
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