Recordando a mis amados hijos. Hace muchos años, cuando mi hija era una niña aún en edad escolar, me hice la firme promesa de ser su profesor principal, aunque nadie me había dado un título oficial. Sólo me impulsaba mi amor de padre. Después de algunos años esa costumbre la repetí con mi hijo.
Así que con pizarra acrílica y con plumón en mano empecé mi "apostolado de la enseñanza". Recuerdo mucho que en esa "lucha de la enseñanza diaria", luego de revisar sus tareas y deberes, y de reforzar lo inculcado en el colegio por sus profesores oficiales, alcanzaba a notar en sus rostros de niños cierta frustración con alguna fórmula, teoría difícil de entender o problema que resolver.
En realidad, el problema no estaba en ellos, soy consciente que era yo, pues en el Seminario Bíblico con el pastor Fernando Hidalgo en su curso "El Arte de Enseñar", llegue a descubrir después de años que cuando un alumno no entiende, el problema no está en él sino en el profesor que no sabe llegar a ellos, o no sabe explicar, o peor aún no sabe enseñar.
En realidad, el problema no estaba en ellos, soy consciente que era yo, pues en el Seminario Bíblico con el pastor Fernando Hidalgo en su curso "El Arte de Enseñar", llegue a descubrir después de años que cuando un alumno no entiende, el problema no está en él sino en el profesor que no sabe llegar a ellos, o no sabe explicar, o peor aún no sabe enseñar.
Pero volviendo al tema, recuerdo que en algún momento de las tareas en casa, ya muy de noche y los niños cansados después de un día agotador de estudios, alguna vez me llegaban a decir esa famosa palabrita "papi, no puedo", mi respuesta siempre era: "nunca digas no puedo, esa palabra debería estar prohibida para ti, ni ser parte de tu vocabulario". Y les leía un pequeño folleto que de verdad hoy no recuerdo como cayó en mis manos, y que hoy mi hijo aún lo conserva en la luna de su escritorio, por cierto ya convertido en un papel amarillento por el paso de los años.
LOS 8 ESCALONES DEL ÉXITO |
YO SI PUEDO: es la expresión que debe existir en todo ser humano.
¿En qué escalón de tu vida te encuentras hoy?
Escalón 1: No lo haré.
Escalón 2: No puedo hacerlo.
Escalón 3: Quiero hacerlo.
Escalón 4: ¿Cómo hacerlo?
Escalón 5: ¡Trataré de hacerlo!
Escalón 6: ¡Puedo hacerlo!
Escalón 7: ¡Lo haré!
Escalón 8: ¡LO HICE!
NO DIGAS NUNCA "NO PUEDO"
De esta manera finalizaba el trozo de papel.
A mi mente viene la historia de la vida de Ludwig van Beethoven (gran compositor, músico y pianista) que a pesar de su aguda sordera no se dejó avasallar por la adversidad y la invalidez ¡imagínate que podría hacer un músico si pierde su capacidad auditiva!. Sin embargo, él mandó a colocar dentro de su piano grandes trompetas terminadas en unas puntas muy finas que introducía en el oído mientras componía sus piezas musicales, así cada día podía afrontar sus limitaciones.
Pero no sólo es cuestión de esfuerzo y disciplina, sino básicamente de FE, pues es lo que nos impulsa a levantarnos y a luchar, pero no una FE inactiva, porque sino sería una FE muerta. Aquí estamos hablando de una FE activa, una FE que se mueve.
A propósito, recuerdo de un padre que angustiado se acercó a los discípulos de Jesús para que lo ayudaran con su hijo, pero ellos no pudieron hacerlo por más que se esforzaban, de tal manera que se formó una gran multitud. En esos momentos, Jesús llega, y pregunta que estaba sucediendo. El padre muy preocupado explica lo sucedido, y cierra su exposición delante de Jesús con las siguientes palabras: "Si puedes hacer algo, ¡ten compasión de nosotros y ayúdanos" . Me asombra sobremanera, a la vez que me encanta, lo que le responde Jesús:
¿Cómo que "si puedes"? Para quien cree, todo es posible. Marcos 9.23
Marcos continúa su narración con la respuesta del padre:
Al instante, el padre del muchacho exclamó: "¡Creo! ¡Ayúdame en mi incredulidad!"
Aquí lo que se esconde entre las ramas es una vez más la palabra FE. Si no lo crees observa lo que líneas antes Jesús les dice a sus propios discípulos:
Jesús dijo: "¡Ay, gente incrédula! ¿Hasta cuando tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos?... Marcos 9.19
Entonces, con justa razón, aún estando encerrado en una cárcel, el apóstol Pablo podía decir una frase que se ha convertido en verso lema para muchos en la vida diaria:
"A todo puedo hacerle frente, pues Cristo es quien me sostiene. Filipenses 4.13
Así que ¡NUNCA DIGAS "NO PUEDO"!. Esa palabra no debe salir de tus labios, es más no debería formar parte de tu vocabulario, y para un HIJO DE DIOS, menos. Porque cuando Dios coloca un sueño en tu corazón, y te pide realizar cualquier cosa, Él te dará la fortaleza y poder para hacerlo.
Si Dios te ha dado una promesa, levántate ¡SAL DE COMODIDAD Y DE LA MEDIOCRIDAD! y confiando en Él ¡CAMINA!... como lo hizo Josué, pues todo terreno que pise tu pie será tuyo. OJO: pero vive en consagración y santidad ante la presencia del Señor... ese es el secreto, no pretendas que Dios cumpla sus promesas y tus oraciones cuando estás desobedeciendo sus mandatos, y vives una vida desordenada que no le honra.
Que el Dios te de la sabiduría y la inteligencia para instruir a tus hijos.
Publicado por el Ps. Félix Jara
A propósito, recuerdo de un padre que angustiado se acercó a los discípulos de Jesús para que lo ayudaran con su hijo, pero ellos no pudieron hacerlo por más que se esforzaban, de tal manera que se formó una gran multitud. En esos momentos, Jesús llega, y pregunta que estaba sucediendo. El padre muy preocupado explica lo sucedido, y cierra su exposición delante de Jesús con las siguientes palabras: "Si puedes hacer algo, ¡ten compasión de nosotros y ayúdanos" . Me asombra sobremanera, a la vez que me encanta, lo que le responde Jesús:
¿Cómo que "si puedes"? Para quien cree, todo es posible. Marcos 9.23
Marcos continúa su narración con la respuesta del padre:
Al instante, el padre del muchacho exclamó: "¡Creo! ¡Ayúdame en mi incredulidad!"
Aquí lo que se esconde entre las ramas es una vez más la palabra FE. Si no lo crees observa lo que líneas antes Jesús les dice a sus propios discípulos:
Jesús dijo: "¡Ay, gente incrédula! ¿Hasta cuando tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos?... Marcos 9.19
Entonces, con justa razón, aún estando encerrado en una cárcel, el apóstol Pablo podía decir una frase que se ha convertido en verso lema para muchos en la vida diaria:
"A todo puedo hacerle frente, pues Cristo es quien me sostiene. Filipenses 4.13
Si Dios te ha dado una promesa, levántate ¡SAL DE COMODIDAD Y DE LA MEDIOCRIDAD! y confiando en Él ¡CAMINA!... como lo hizo Josué, pues todo terreno que pise tu pie será tuyo. OJO: pero vive en consagración y santidad ante la presencia del Señor... ese es el secreto, no pretendas que Dios cumpla sus promesas y tus oraciones cuando estás desobedeciendo sus mandatos, y vives una vida desordenada que no le honra.
Que el Dios te de la sabiduría y la inteligencia para instruir a tus hijos.
Publicado por el Ps. Félix Jara