Haciendo labores ordinarias con diligencia y constancia se logran resultados extraordinarios, verdaderas hazañas.
"El hombre fiel recibirá muchas bendiciones; el que tiene prisa por enriquecerse no quedará impune"
Proverbios 28:20
Nueva Versión Internacional (NVI)
PERLAS DE SABIDURÍA
Las verdaderas hazañas se logran cuando hacemos labores corrientes con perseverancia.
Cuando joven David recibió de su padre Isaí el encargo de cuidar a las ovejas, una labor que quizás para nosotros, gente del siglo XXI, trivial y sin sentido destinada a hombres comunes y simples sin más capacidad para desarrollar que solamente esa, ni su propia familia apostaba por una mayor responsabilidad y de envergadura como para enfrentar a enemigos de guerra como Goliat. Ni el propio Saúl, rey de Israel, consideraba que contaba con las condiciones para hacerlo:
"Entonces Saúl dijo a David: Tú no puedes ir contra este filisteo a pelear con él, porque tú eres un muchacho y él ha sido un guerrero desde su juventud".
1 Samuel 17.33
Sin embargo, como el propio David explica a Saúl, ninguna oveja que estuvo a su cuidado fue víctima de los depredadores del campo:
"Pero David respondió a Saúl: Tu siervo apacentaba las ovejas de su padre, y cuando un león o un oso venía y se llevaba un cordero del rebaño, yo salía tras él, lo atacaba, y lo rescataba de su boca; y cuando se levantaba contra mí, lo tomaba por la quijada, lo hería y lo mataba..."
1 Samuel 17.34.35
El resultado de esta conversación es historia, y de seguro la conoces, por eso cada vez que te toque hacer un trabajo no lo consideres tedioso o corriente, hazlo como si fuera para Dios, y verás los resultados.
"Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís"
Colosenses 3:23-24
Ps. Félix Jara
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