Hoy estaba caminando en
el supermercado, y de repente oí un ruido de cosas rompiéndose. Crucé los
pasillos y noté que estaban algunos agentes susurrando. Cuando entré al pasillo
donde miraban, vi una escena triste.
Ella había golpeado con
el carrito la góndola de platos y vasos. Arrodillada, desesperada, juntaba los
pedazos, mientras que su compañero tomaba cada código de barra de cada vajilla
rota diciendo: ¿Ves? Ahora la cuenta de esto va a quedar para ti.
Escena triste, alguien
que se equivocó, y con este espectáculo todas las miradas eran para ella.
Cuando me acerqué, un chico vino, se arrodilló junto a ella y dijo:
- Déjalo, que la gente
limpia. Que en la enfermería te vean ese corte en tu mano.
Ella lo miró, con un
afecto vergonzoso, y dijo:
- No. Tengo que juntar
eso para pagar.
Ese chico dijo:
- ¡Tranquila! Tenemos
seguro para ese tipo de pérdida, y no tienes que pagar nada ¡Sigue, ve!
El chico, cuando se
levantó, pude notar que tenía la identificación de Gerente del Supermercado.
¿Hermosa historia no?
Para ti que has leído
hasta aquí, me gustaría que me dieras un minuto. Donde estés, cierra los ojos e
imagina a Dios diciéndote lo mismo.
¿Consideras que tu vida
está como platos rotos?
Quiero decirte que hay
Alguien que puede ayudarte a recoger los pedazos que la vida trae gratis.
Además, te puede curar y asegura que tus pecados y errores serán perdonados.
Hay un seguro llamado
GRACIA, que si aceptas cuando reconoces que te equivocaste, el GERENTE DE LA
EXISTENCIA DEL UNIVERSO dirá: ¡Sigue, ve!
Acepta esta propuesta
puede hacer de tu vida una Vida Nueva, ¡sin platos rotos!
Que el Dios de toda
carne bendiga a ti y familia.
Ps. Félix Jara