EL PACTO DE DIOS

EL PACTO DE DIOS: "El Señor te pastoreará siempre, en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos, y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca se agotan. Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas, los cimientos de generación y generación levantarás, y serás llamado reparador de muros caídos, restaurador de casas en ruinas" Isaías 58.11-12

domingo, 26 de agosto de 2012

¿LA VENGANZA ES DULCE?


La semana pasada una noticia llamó nuestra atención: un agricultor fue mordido por una serpiente venenosa quien al verse atacado por el animal se vengó mordiéndola hasta matarla.

La historia sucedió en Nepal, Mohamed Salmo Miya se encontraba cultivando cerca de su pueblo Bardanga, a 200 km, al sudeste de Katmandú, cuando repentinamente comprobó que estaba frente a una cobra blanca, esta le mordió cuando estaba trabajando en su campo de arroz, entonces la cazó y la mató, ¡pero con sus propios dientes!.

Salmo Miya, de 55 años, dijo: "Estaba muy enfadado después de que la serpiente me mordiera. Seguí a la serpiente, la agarré y la mordí hasta que murió", además agregó: "podría haberla matado con un palo, pero estaba loco de rabia y quería vengarme. La maté con mis dientes". Vale la pena mencionar que, durante la estación del monzón de verano, Nepal mantiene una amplia variedad de serpientes venenosas y no venenosas muy activas.

Literalmente, eso fue lo que ocurrió en esta historia. Miya se hizo justicia con sus propios dientes "Ojo por ojo, diente por diente", aplicando su propia justicia de conformidad con la Ley del Talión, famosa ley en el imperio romano, o con el Código de Hammurabi, y consagrando así la venganza basada en un procedimiento jurídico creado en el 1760 a.C.

Esto nos recuerda lo que en el Antiguo Testamento se menciona, cuando en varios de los libros del Pentateuco se escribe "...y habló Jehová a Moisés, diciendo:"

Levítico 24:19-21b  "Y el que causare lesión en su prójimo, según hizo, así le sea hecho: rotura por rotura, ojo por ojo, diente por diente; según la lesión que haya hecho a otro, tal se hará a él. El que hiere algún animal ha de restituirlo..."

Como se puede apreciar, en ese tiempo la justicia se impartía en una forma conocida como restitución, de esa manera se administraba justicia; pero el concepto no era aplacar la sed de venganza de la víctima, sino de recibir lo justo por lo perdido.

Sin embargo, en tiempos de Jesús los fariseos  administradores de la Ley, habían distorsionado el este concepto de justicia. Entonces, las  enseñanzas de Jesús revolucionaron las ideas vigentes de la época incluso el procedimiento jurídico.

Su conocida sentencia en el Sermón del Monte, registrada en el evangelio de Mateo, dice lo siguiente:

Mateo 5:38-39  Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra"

Mateo 5:43-44  Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen"

¿Qué tal? ¿difícil de aplicar para nuestras vidas verdad? Pero que saludable. Dios no sólo nos anima a perdonar sino a bendecir a aquellos que en algún momento de nuestras vidas nos dañaron o hicieron oprobio, o infamia o denigraron de nosotros; sino que también nos anima a bendecirlos. Es la cultura del Sermón del Monte. Jesús nos llama a comportarnos como gente del REINO DE DIOS.

El apóstol Pablo en su carta a los Romanos, en el capítulo 12, toma esta idea y nos amplia el panorama escribiendo lo siguiente:

Romanos 12:14,17 "Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis... No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres"

Cuando no perdonamos a aquellos que nos ofendieron, somos nosotros mismos los que nos perjudicamos, nos hacemos un "hari kiri espiritual" pues albergamos amargura en nuestros corazones, y nos hacemos cautivos de nosotros mismos; ya no somos víctimas, ahora somos victimarios de aquellos que nos dañaron. Y la amargura se convierte en el techo que impide las bendiciones de Dios para nuestras vidas.

Así que, si alguien nos hizo daño no persigas a la "serpiente para morderla", y hacer justicia con tus "propios dientes" -como lo hizo Mohamed Salmo Miya- para así vengarte; más bien sácate esa daga de tu corazón, perdona y bendícelos, no dejes que la amargura inunde tu vida interior, eso a la larga te dañará, y te convertirás en prisionero de ti mismo; y lo peor de todo sucederá: tu relación con tu amado Padre Celestial se verá afectada.

Esa plenitud de bendiciones que Dios tiene para ti no podrá fluir sobre tu vida, más bien tu amargura se constituirá en una REPRESA que impedirá el torrente de bendiciones que el Señor tiene para ti y tu familia. Mejor coloca todo en las manos de Dios y deja que obre Su justicia.

Romanos 12:19  No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.

Que el Dios de toda carne bendiga a ti y tu familia.

Ah, me olvidaba no dejes de contar esta historia a tus hijos. La idea es formar nuevas generaciones para el REINO DE DIOS despercudidas de todo asomo de venganza y amargura que caminen libres por la vida sirviendo al Señor. 

Ps. Félix Jara

1 comentario:

Noemi dijo...

Es una bendición estar aquí. un saludo desde mi blog www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com