Cuando los problemas te sobrecojan, deja que Dios se haga cargo.
Salmo 69:15 No me anegue la corriente de las aguas, ni me trague el abismo, ni el pozo cierre sobre mí su boca.
A medida que viajamos por las rutas y caminos de la vida, muy a menudo nos encontramos rodeados de mares de aflicción o de olas de relaciones rotas que nos golpean.
En el LIBRO de los libros se habla de que hay una ayuda necesaria y constante en el trayecto de nuestras vidas. Ahí están registradas frases que deberían de darnos aliento y ánimo:
"Él en el día de la angustia... sobre una roca me pondrá en alto".
Cuidado, esto no es una renuncia a nuestra responsabilidad. Pasar por aguas profundas y de aflicción no afectará nuestra garantía espiritual.
Pero es importante tener siempre presente, nuestro Padre por excelencia, siempre va a estar presente para garantizar Su apoyo.
¿Estás pasando por aguas profundas? Tomate de la mano de Dios.
Ps. Félix Jara
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